Mira el paradisiaco destino que esconde este oscuro y estrecho túnel. ¡Esta genial!
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Nueva Zelanda es un país pequeño (llega a ser muy parecido en tamaño a Japón) que se encuentra a más de 2.000 kilómetros al suroeste de Australia. A pesar de su extensión, las islas que conforman a este país resultan estar muy poco pobladas, dando en total la pequeña cantidad de solo cuatro millones de habitantes para todo el país. El aislamiento geográfico que tiene y la poca presencia humana han permitido que Nueva Zelanda conserve un magnífico patrimonio natural, lleno de paisajes extraños.
Una de las principales atracciones turísticas con las que este país goza son sus playas, las cuales resultan ser ricas en variedad, mostrando a sus visitantes tipos de playas muy variados; desde playas salpicadas con extrañas rocas esféricas, playas de arenas increíblemente blancas, rosadas o incluso multicolores. Playas donde puedes ver cae una cascada, donde las rocas parecen esculpidas por algún artista, o donde las mareas terminan modelando rocas inverosímiles. Por supuesto que también existen playas de apariencia más normales, aunque incluso hay algunas de estas que esconden algún secreto. El siguiente caso es un ejemplo de esto.